Amamantar tiene un sinfín de beneficios, sin embargo hay madres que no lo hicieron, por decisión propia o por causas ajenas a su voluntad. En la semana de la lactancia materna, hay quienes pueden sentirse culpables, juzgadas e incluso, que son las únicas en el mundo que no amamantaron.
Soy una mamá que no dio lactancia exclusiva y sé que desde que nos levantamos, algo tan simple como darle un vistazo a las redes sociales sobre todo durante esta semana, nos recuerda todo eso que no pudimos lograr. El sentimiento de culpa hace estragos y llegamos a sentir que cometimos el error más grande de nuestras vidas.
Quiero decirte querida mamá, que no estás sola, no eres la única pues al igual que tú, existimos madres que por desconocimiento y otras razones no amantamos a nuestros hijos de forma exclusiva; quiero que sepas que ese hecho no te hace menos madre, no tiene por qué definirte como mala cuando has luchado por ser la mejor a pesar de tus errores; no le diste tu pecho como se recomienda en todos los libros, blogs, centros de salud, afiches, etc., pero le has dado el alimento que es mejor para su alma y corazón, que es tu gran amor, quizás cada vez que se enferme, al igual que yo lo primero que piensas es “si lo hubiese amamantado no se enfermaría” pero no logras nada con cuestionarte, es momento de perdonarse, de dejar atrás lo malo y seguir cuidándole con tanta entrega como lo haz hecho hasta ahora.
Que nada ni nadie te haga sentir que no eres una buena madre porque le das tetero de leche artificial a tu pequeño, pues cada vez que te despiertas en la noche solo para ver si está bien, cada vez que consuelas su llanto y que te invade el miedo de solo pensar que algo malo le suceda, ya te hace una buena madre. En el mundo existe diversidad, hay madres que amamantan, hay otras que no, cada una tiene su propia historia y derecho a que esta sea respetada.
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