Del 01 al 07 de agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna y a propósito de ello quiero contarles mi experiencia. Cuando ‎Rodrigo nació en la clínica no recibí ningún tipo de información al respecto, recuerdo que cuando fui a amamantarlo, pregunté cómo debía hacerlo y solo me dijeron “pégatelo 20min en cada seno”.

Debido a mi desconocimiento no lo hice bien, hubo un mal enganche del bebé y se me lesionaron los pezones, por lo cual sufrí un dolor muy intenso que me bañaba en sudor, lo peor del caso es que no tuve a nadie que me aconsejara de forma adecuada. Solo tuve a mi alrededor opinólogos que lo único que hacían era confundirme más, entre mitos y consejos absurdos como “toma agua de avena para que se te llenen los senos”, “dale un tetero, seguro tu leche no lo llena y por eso no duerme de noche”, en fin, se me juntaron el cansancio, el dolor por los senos lastimados, toda esa lluvia de opiniones, así que colapsé y comencé a darle un “teterito”. Fueron solo 20 días de lactancia exclusiva.
Lamentablemente aun existe mucho vacío en cuanto a la lactancia materna, debería promoverse más información, en las clínicas y hospitales debería haber una asesora de lactancia que nos explique desde cómo debe ser el enganche con el bebé. No escuchen a la abuela cuando diga que les dará un brebaje para producir más leche, ni a la suegra cuando diga que debes darle el tetero para que el bebé duerma más.
Aprendí, que amamantar no debe doler, si duele debemos corregir el enganche, que no existen bebidas milagrosas para producir leche, lo que aumentará la producción será la succión del bebé, cuando mi bebé lloraba no lo hacía por hambre, comencé a practicar colecho y esa situación cambió. Hoy solo me queda compartir mi experiencia, felicito a las madres que han logrado dar lactancia exclusiva a sus peques y a las que dan fórmula, sus razones tendrán, así que merecen respeto.
Pd: el hecho de no haber dado lactancia materna exclusiva no me hace menos madre, no juzguemos

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