Te levantas y lo primero que ves es un desastre de juguetes, tazas (Rodrigo las agarra para jugar), pañales de tela, el peque voltea la comida y ensucia todo, en fin, todo es un caos, por lo que sientes que no te alcanzará el tiempo para ordenar y limpiar la casa como se debe, hasta que alguien te escribe o llama diciendo "voy saliendo para allá" y ¡a correr!
En mi caso particular, a veces entre lavar sus pañales y atender al bebé entre baños, comida, se me va el tiempo, soy maniática del orden y la limpieza, pero por mi salud mental he asimilado que aunque quiera, es imposible tener la casa siempre perfecta y menos todo en su lugar; cuando logro que lo esté, no sé cómo pero pasan un par de horas y todo vuelve a ser un caos. Hay días en los que limpio y organizo todo, la casa está apta para visitas y nadie viene pero si todo está hecho un completo desastre, justamente ese día estoy muy visitada. ¿Les ha pasado?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario