Al parecer es más fácil emitir juicios a simple vista que ver y analizar a profundidad. Como mamá estoy muy lejos de ser perfecta, pero también estoy demasiado lejos de ser la peor, simplemente soy humana y estoy aprendiendo a ser madre de la única y mejor manera que existe, siéndolo.




Cuando se acerca el momento de retomar nuestra vida laboral bien sea porque ya nos corresponde luego del reposo del pre y post natal o porque simplemente comenzamos a considerar la idea de trabajar porque lo necesitamos, no solo para obtener ingresos sino además porque nos urge por nuestra salud mental, hacer algo más que ser solo madres; sin embargo, llegan a nuestra mente una serie de temores que nos hacen dudar de si estaremos haciendo lo correcto o no.

Te levantas y lo primero que ves es un desastre de juguetes, tazas (Rodrigo las agarra para jugar), pañales de tela, el peque voltea la comida y ensucia todo, en fin, todo es un caos, por lo que sientes que no te alcanzará el tiempo para ordenar y limpiar la casa como se debe, hasta que alguien te escribe o llama diciendo "voy saliendo para allá" y ¡a correr!

En mi caso particular, a veces entre lavar sus pañales y atender al bebé entre baños, comida, se me va el tiempo, soy maniática del orden y la limpieza, pero por mi salud mental he asimilado que aunque quiera, es imposible tener la casa siempre perfecta y menos todo en su lugar; cuando logro que lo esté, no sé cómo pero pasan un par de horas y todo vuelve a ser un caos. Hay días en los que limpio y organizo todo, la casa está apta para visitas y nadie viene pero si todo está hecho un completo desastre, justamente ese día estoy muy visitada. ¿Les ha pasado?
Siempre improvisamos algún peinado que disimule nuestra cabellera que está muy lejos de parecerse a la de las modelos de televisión, no, no somos descuidadas solo somos madres ocupadas, absorbidas en gran medida por la maternidad y aunque admito que en mi caso a veces si tengo un tiempo libre como para lucir radiante, el cansancio simplemente me gana la batalla. Hay momentos en los que luzco un cabello muy sedoso pero de repente llega "la hora loca" como llamo a los mediodías, que es la hora del baño, el almuerzo, el peque haciendo un desastre de popó, un baño de nuevo y cosas increíbles que solo pasan en TNT y en nuestra vida de madres así que termino destruida. Si tenemos momentos de "punta en blanco", pero no siempre podemos lucir así.

Amamantar tiene un sinfín de beneficios, sin embargo hay madres que no lo hicieron, por decisión propia o por causas ajenas a su voluntad. En la semana de la lactancia materna, hay quienes pueden sentirse culpables, juzgadas e incluso, que son las únicas en el mundo que no amamantaron.

Del 01 al 07 de agosto se celebra la semana mundial de la lactancia materna y a propósito de ello quiero contarles mi experiencia. Cuando ‎Rodrigo nació en la clínica no recibí ningún tipo de información al respecto, recuerdo que cuando fui a amamantarlo, pregunté cómo debía hacerlo y solo me dijeron “pégatelo 20min en cada seno”.

Los padres primerizos en algún momento llegamos a sentir que estamos criando en multitud, esto debido a que en oportunidades nuestras opiniones y decisiones se hacen nulas para quienes no comparten nuestra forma de criar a nuestros hijos, se lee ilógico e incluso disparatado pero es así, esta realidad nos afecta a muchos, especialmente a quienes nos estamos iniciando en este rol.


Antes de tener a nuestros hijos nos creamos un ideal de madre perfecta que sentimos poder alcanzar, pero llega un momento en el que nos damos cuenta de que esto es imposible. La maternidad no es color rosa como nos la imaginábamos, una vez que somos madres, experimentamos realmente todo lo que implica y exige este rol, no podemos tener el control de todo por mucho que queramos y hagamos. Como mamá primeriza al principio quería cumplir esa “meta” y luego de fallar cientos de veces, me rendí, desde entonces me siento en paz conmigo misma, es como si me hubiese quitado de los hombros una enorme carga.



Ser madre es sin duda lo más hermoso que podemos experimentar, sin embargo aunque amo ser mamá siento que necesito ser más que eso, como ser individual tengo mis propias metas al igual que todo el derecho de cumplirlas, el tener un hijo no quiere decir que debo dejar de lado mi vida profesional y laboral, podemos hacer ambas cosas y no por eso dejaremos de ser buenas en la maternidad.

No es que nos la queramos dar de madres abnegadas, perfectas o sufridas, pero hay quienes nos entregamos a la maternidad de tal manera, que cuando nos damos cuenta dejamos de ser nuestra prioridad hace mucho tiempo. A veces nos preguntamos cuándo fue la última vez que fuimos al médico, que salimos con unas amigas y nos sacamos el "chip" de nuestra vida de madres por un momento, de hecho hay quienes lo hacen y no porque sean malas madres, solo que tienen quien cuide de sus pequeños y confían tanto en esa persona como para salir sin remordimientos. Sin embargo, a pesar de tener a mi hermana y a mi mamá siempre a la orden, me cuesta separarme de ‪Rodrigo‬, siento como si le fuera a pasar algo y no voy a estar ahí, así que el hecho de pensar en dejarlo por divertirme un rato (lo cual sería muy sano y no les niego, a veces necesito) me cuesta demasiado.



Postergamos muchas cosas cuando somos madres, una consulta con el odontólogo que urge (me pasó y fue fatal) no podemos hacer eso, la salud de nosotras es muy importante; también nuestra vida laboral, un encuentro con amigos y todo porque nuestra prioridad son nuestros pequeños. Hablo desde mi experiencia, sé que hay madres que trabajan, que estudian y hasta dicen tener tiempo hasta para salir a bailar, respeto eso, pero soy una madre real y no tengo tanto tiempo para esas cosas. No me da miedo perderme en la maternidad, porque no siempre mi hijo será un bebé y no siempre me necesitará tanto como ahora.


Desde que nos convertimos en padres sobre todo cuando somos primerizos, es muy típico que nos "obsesionemos" con los cuidados del bebé, desde que nace es como si todo girara a su alrededor y nos olvidamos de otras cosas que también son importantes. La vida como pareja cambia con la llegada de lo hijos, ya no hay tanto tiempo como antes para una salida, una cena o para tener intimidad "sin interrupciones". Sin embargo la clave está en ingeniárselas, debemos mantener un equilibrio; las mujeres tendemos a entregarnos por completo a la maternidad y hacemos a un lado los detalles y las atenciones que nuestro esposo necesita tanto como nosotras, el amor no puede perderse entre pañales y biberones.
Particularmente, con la llegada de ‪Rodrigo‬ he tratado de no olvidar que también soy mujer y esposa, siempre como pareja tratamos de buscar en nuestra rutina de padres un tiempo para nosotros, mientras el peque duerme por ejemplo, vemos una película juntos así sea un lunes en la noche, entre otras cosas (ya saben), aunque practicamos colecho, la intimidad no tiene por qué cambiar. Recordemos que no por estar casados, debemos dar todo por sentado, el amor requiere de cuidados y atención, la vida de pareja es tan importante como la vida de padres. Lo mejor de todo, es que nuestros hijos crecerán viendo no solo a unos padres que le aman y cuidan, sino que también se aman el uno al otro, la mejor manera de enseñar es dando el ejemplo, y qué mejor para un niño que ver a unos padres que se aman y no solo a una pareja que vive junta de forma rutinaria.

La maternidad engloba algunas cosas que la hacen un poco más difícil, entre ellas se encuentran los juicios que se nos hacen a las mamás.


No sé dónde está escrito que las madres debemos ser "perfectas", que nuestros pequeños nunca se pueden caer, ensuciar, enfermar, etc. porque eso significará que somos las peores. Muchos nos señalan y catalogan como madres tranquilas o descuidadas si algún accidente le ocurre a nuestros hijos.

Estar con nuestros hijos en casa nos hace sentir seguras de que estarán bien, pues nadie mejor que nosotras para cuidarlos, pero aunque disfrutamos y amamos su compañía, hay momentos en los que nos sentimos solas y esto resulta irónico porque aunque casi no tenemos momentos "a solas" como tal, hay unos en los que nos sentimos así.

No sé por qué razón desde que estamos en estado, recibimos muchas advertencias y palabras que generan más susto que tranquilidad.

Desde que nos enteramos de la gran noticia de que estamos embarazadas comenzamos con la prisa, ya queremos tener una gran panza, cuando la tenemos que ya nazca el bebé y cuando ya nace, queremos que haga de todo. Yo fui una de ellas, hasta que entendí que para todo hay tiempo, que no tengo por qué apresurar a mi hijo a que queme sus etapas de forma veloz; intenté un día "ayudarlo" a caminar hasta que leí que eso es terrible para su cuerpo.


Desde que entramos en el mundo de la maternidad experimentamos todo tipo de sentimientos, siendo la culpa, uno de ellos, nos sentimos culpables por el tetero de fórmula que le dimos al bebé, por haber permitido que se acostumbrara al chupón (aun cuando todos nos decían lo perjudicial que era).

Primero te dicen a modo de asustarte "prepárate para cuando camine" y después andan diciéndote "¿Un año y aun no camina? Ya debería hacerlo".


La mayoría de las madres, nos referimos erróneamente a la participación del padre en la crianza de nuestros hijos como “ayuda”, cuando realmente esto significa que está ejerciendo como debe su paternidad, asumiendo la responsabilidad que ha de ser compartida en un 50 y 50, puesto que es tanto suya como nuestra, nunca la carga debe ser más para uno que para el otro.



Comentarios negativos durante el embarazo.

Desde que anunciamos nuestro embarazo, comenzamos a recibir todo tipo de comentarios unos buenos y otros no tanto. Nos conseguimos con personas positivas que comparten nuestra felicidad, pero también con quienes pareciera que su único propósito es opacarla.

¡Bienvenidos a mi blog!

La iniciativa de crear este blog surgió el 29 de septiembre de 2015, desde la cuenta de Instagram @la_mama_de_rodrigo, en ese momento mi bebé tenía dos meses de nacido y como toda primeriza, estaba llena de dudas y miedos, por lo que quise compartir con otras colegas de la maternidad mis experiencias, lo rosa y lo no tan rosa que vivimos desde que nos convertimos en madres.


El principal propósito es crear consciencia sobre de la libertad que tiene cada madre de aplicar los métodos que considere oportunos en la crianza de sus hijos, así como también compartir situaciones cotidianas que vivimos con nuestros pequeños, las emociones que experimentamos, las opiniones y críticas a las que estamos expuestas. Nada está escrito en la maternidad, no hay buenas o malas madres, solo madres reales. ¡Bienvenidos!